En hogares donde viven personas mayores y/o con movilidad reducida, las persianas eléctricas son una gran solución que les aporta autonomía y confianza.
En vez de depender de terceros para realizar algo tan básico como levantar la persiana, pueden accionarlas simplemente pulsando un botón (ya se encuentre en un interruptor, en un mando a distancia o en teléfono móvil).
Cuando en casa tenemos persianas muy pesadas, de gran tamaño o con la cinta ubicada en un punto incómodo (por ejemplo, en una esquina), subir y bajar la persiana puede convertirse en un problema para estas personas.
Por eso, motorizar las persianas es una inversión que permite ganar comodidad hoy y autonomía en el futuro.